Los ictus (o accidentes cerebrovasculares; ACVs) son una condición en la que el flujo sanguíneo cerebral se ve afectado. Este flujo se puede ver interrumpido bien por la rotura de un vaso sanguíneo o la obstrucción del mismo.
La sintomatología va a depender mucho de la zona cerebral y del tamaño del tejido afectado; aunque, por lo general nos encontraremos con problemas de coordinación motora, cognitivos (atención, memoria, razonamiento, planificación, orientación, reconocimiento, etc.), psicológicos y conductuales (impulsividad, irascibilidad, agresividad, etc.).
Los primeros síntomas a atender son: dolor de cabeza fuerte y repentino, hormigueo en alguna extremidad, dificultad para hablar, sensación de mareos, pérdida de equilibrio y de visión en un ojo.